Tuvimos la suerte de tenerla. Porque llegó con su familia cuando necesitaba ayuda y apoyo, y ahora que no está, quizás seamos nosotros los que le necesitaríamos a ella. Su energía, su pasión y sus ganas por aprender.
Una mujer cuya edad nunca fue un impedimento para sus inquietudes. Culta, cariñosa y amante de la lectura, buscaba cualquier momento para leer. Prefería entornos florales y ajardinados, espacios tranquilos donde poder desatar su pasión por las letras.
Pero llegó el día en el que tuvimos que despedirnos de ella. Y lo hicimos de la misma forma que era ella con nosotros: con cariño, atendida y acompañada.
Pero aunque nos haya dejado, su legado y recuerdo seguirá con nosotros. Su familia, quien en su día nos pidió ayuda para cuidarla, ahora es quien nos ha querido ayudar a nosotros.
Gracias a una generosa donación, el centro Rezola contará con un nuevo espacio. Un lugar que representa a la perfección los anhelos de nuestra querida amiga.
Crearemos un espacio en la terraza de la tercera planta del centro. Un txoko de lectura con jardín donde ella estaría encantada de pasar las horas, y donde las personas del centro podrán dedicar el tiempo que quieran a los libros. Un lugar donde ella será eterna y será reina. La reina del jardín.
Muchas gracias a su familia por su generosidad y bondad.